El Gran Maestro Pablo Trajtenberg comenzó su
práctica de Taekwon-Do en el año 1968, cuando procuraba aprender Karate.
Descubrió cuál era la clase que a él le gustaba y al verla se dijo: “Seré
cinturón negro, cueste lo que cueste“. Tomó la primera lección y al
recibir el carnet la semana siguiente creyó descubrir un error pues la actividad
consignada era “Taekwon-Do”, mas cuando se lo señaló a la secretaria le
informaron que se trataba de Karate Coreano, ¡el mejor! Desde entonces su
práctica se ha desarrollado sin interrupciones.
Fue su Maestro Nam Sung Choi, uno de los
introductores del Taekwon-Do en la Argentina, arribado un año antes, en 1967.
Este maestro le dejó el más grato de los recuerdos y un profundo agradecimiento
por la pasión que le transmitiera clase a clase.
Luego fue el turno de conocer al General
Choi Hong Hi durante sus primeros viajes a la Argentina y quedar
fascinado ante su personalidad, convirtiéndose así en un discípulo
incondicional del Taekwon-Do. Alcanzó el grado de cinturón negro en 1971
pero en aquellos tiempos los diplomas se demoraban y no era cortés
recordárselo al Maestro. Su entusiasmo le lleva entonces a dedicarse a la
enseñanza, tarea exitosa a juzgar por el gran número de alumnos que concurren a
sus cursos.
En 1973, junto con un compañero, le ofrece
un almuerzo homenaje al General en el Hotel Sheraton durante uno de sus viajes y
recibe una fotografía con la siguiente dedicatoria “A un serio estudiante de
Taekwon-Do, con mis mejores deseos”.
Comenzaban los años de la división del
Taekwon-Do y su maestro se encontraba muy presionado para integrarse a la WTF,
lo cual lleva a Trajtenberg a tomar una decisión que dolorosamente lo
separa de su Maestro y es así que en 1978 inicia correspondencia con algunos
cinturones negros argentinos y el General Choi apoya dicho movimiento, el cual
se consolida con la llegada del Maestro pionero Jon Chang Kim, delegado
para impulsar el Taekwon-Do en la Argentina.
En 1977 abandona Trajtenberg definitivamente sus
estudios universitarios mientras cursaba el año final de la carrera de
Ingeniería Electrónica, con objeto de dedicarse tiempo completo a la
enseñanza del Taekwon-Do, su máxima pasión, e inaugura en 1980 lo que se
convertiría en un clásico, el “Centro Argentino de Taekwon-Do”, junto a su
amigo Héctor Marano, condiscípulo desde su etapa de Cinturón Blanco.
En 1981 colabora activamente en la
organización del campeonato Mundial celebrado en la Argentina, a cargo del
Campeón del Mundo Javier Dacak, con quien lo une una gran amistad y estrecha su
relación con el General Choi Hong Hi al viajar para verlo y entrenar con él.
Generosamente el General le brinda alojamiento en la casa de su hija
Sunny y de este modo se nutre de la propia fuente. Resultaba muy difícil emprender
un viaje de estas características pero la vocación pedagógica del General
reservaba siempre un lugar para aquellos interesados genuinamente en aprender,
como era su caso.
Visita Trajtenberg durante estos años al Maestro
J.C.Kim y también a Si Ki Choi, Park Jong Soo y a otros grandes maestros.
Surgen entonces sus principales discípulos, en
la actualidad Maestros 8 y 7 Danes, varios de ellos con relieve internacional.
De este modo se desarrolla el Taekwon-Do
argentino y con éste crece su participación en Mundiales y en la actividad
global.
Al concurrir al primer IIC de la ITF en Viena
como delegado de la Argentina, Trajtenberg consigue apoyo para su país, lo cual
torna posible la fundación en 1986 de la Federación de Taekwon-Do de la
República Argentina -para ganar autonomía respecto de la hegemonía
coreana-, entidad en la cual se ha desempeñado como Secretario General hasta el
presente.
En el año 1987vive momentos difíciles durante la
visita del General Choi al país pues rige la dictadura militar y la
embajada coreana acusa a la ITF de ser simpatizantes comunistas, lo cual fuerza
a Trajtenberg a alojar al General Choi en su propia casa para protegerlo,
trasladando a su familia.
Emprende algunos viajes para introducir el
Taekwon-Do en países como Bolivia, Brasil y Uruguay. Es particularmente en
Brasil donde encuentra las mayores dificultades para la expansión del
Taekwon-Do. Nace una entrañable amistad con Tran Trieu Quan al compartir con él
innumerables experiencias imposibles de resumir aquí. También con Wim Bos y con
Clint Norman, hermanados todos ellos mediante el fervor compartido.
En 1993 culmina un intenso trabajo en
colaboración consistente en la traducción de la Enciclopedia condensada al
idioma castellano, siguiendo las directivas y correcciones del Fundador del
Taekwon-Do.
En 1994 recibe en Malasia uno de los más
importantes galardones que el General otorgase a sólo nueve de sus
discípulos occidentales, el “Premio a la Lealtad”, el cual considera hoy con
orgullo como uno de sus máximos logros.
Junto con Tran Trieu Quan participó activamente
en la ITF como delegado, por lo cual se encuentra en un puesto de gran
responsabilidad al fallecer el General.
El resto es historia reciente y puede afirmarse
que hoy es un hombre feliz ejerciendo la presidencia de la ITF rodeado por
buenos amigos, Grandes Maestros e Instructores y ante todo orgulloso de sus
discípulos, muchos de ellos convertidos en Maestros. Su círculo íntimo está
conformado por Sonia y Vivian, sus dos hermanas, y una esposa maravillosa:
Liliana Ferreiro, con quien comparte su vida desde hace 35 años y quien le ha
dado tres hijos varones: Alejandro, Luciano y Kevin. Como a él mismo le
complace afirmar, nada más puede pedirle a la vida.